Frente a la expansión poco sustentable de la periferia, el centro urbano ofrece un gran potencial de renovación, el cual se ve opacado por la obsolescencia de sus edificaciones patrimoniales, las cuales, sin embargo, presentan una interesante mezcla programática, cultural y tipológica. La conocida red de galerías comerciales es nuestro punto de partida. En ellas, la estructura de damero es trastocada por el ingreso de la calle al interior de los corazones de manzana. Nos hemos enfocado en reconvertir una manzana de dicha red, reconociendo su herencia tipológica pero imaginando nuevas posibilidades.

El perímetro edificado
Ampliar, liberar, reprogramar
El conjunto de edificios de la manzana son trabajadas a la manera de un único edificio híbrido el cual se organiza en torno a niveles programáticos (residencial, laboral y público). Al nivel de la plaza central se genera una planta libre gastronómica de índole pública. A su vez, el edificio se amplía en sus niveles superiores a una altura homogénea, mientras que hacia el interior la fachada se amplía para un eficiente control climático.

El vacío interior
Nueva plaza-bosque público
En el vacío central se han eliminado los techos de las galerías y se ha construido una placa común sobre la cual se ha diseñado una plaza arbolada sobre el nivel de las galerías. Un espacio de encuentro a la sombra de especies vegetales de hoja caduca.

La red de galerías
Ventanas al bosque
Se ha conectado la galería comercial con la nueva plaza, reemplazando los techos por tragaluces transitables que permiten la continuidad visual.

La quinta fachada
El llano
En el nuevo techo común se ha diseñado un espacio vegetal de especies nativas de baja altura, para aportar a regenerar los ciclos de biodiversidad y polinización. Es también un paseo mirador para los afortunados que pueden visitarlo. Patrimonio natural sobre patrimonio edificado.
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