HELADERÍA EN PARQUE BICENTENARIO DE VITACURA.
El proyecto de arquitectura reconoce los elementos de valor hallados en el emplazamiento, citándolos mediante un lenguaje propio y contemporáneo. Estos elementos rescatados, si bien poseen cualidades de valor para la arquitectura, también forman parte de un imaginario urbano reconocible por cualquier ciudadano o ciudadana. Son íconos que bien representan tanto al país como a la comuna. En adelante, se presentarán estos elementos y su relación con la formulación del proyecto, el cual busca actualizar las potencias de dichos íconos, utilizando un lenguaje sencillo y elegante.
EL ÍCONO
La municipalidad de Vitacura.
El primer hito que salta a la vista es el imponente volumen de la Municipalidad que se abre hacia el parque. Su gran masa contrasta con la linealidad de sus formas angulares desde la lejanía, rematando en su característica punta, icónica postal de la comuna. El proyecto que presentamos busca actualizar la aguda geometría del edificio, así como su condición de ícono y umbral entre lo construido y lo natural. Se ha rescatado la geometría triangular del edificio, además de su decisión de no interrumpir el natural flujo transversal del parque. Este guiño al edificio sin embargo no es textual, ya que la propuesta aquí presentada desaparece, desde la lejanía, como una sutil línea en el paisaje, revelando su aguda geometría a medida que el peatón se le acerca. Al igual que el edificio municipal, el proyecto es diferente desde cada perspectiva en la que se le aprecie.
la continuidad del parque
El parque, el cerro y el skyline.
Otros dos elementos rescatados son el skyline de Santiago en la lejanía y el cerro San Cristobal y Manquehue, el “skyline” natural. Todo se trata aquí de dar protagonismo al cerro y al parque, elementos urbanos y naturales de valor indiscutible. Para ello, el proyecto busca generar una continuidad visual entre parque y municipalidad, constituyéndose en umbral o estancia intermediaria. El cuerpo central, que aloja propiamente el recinto de venta, así como las dependencias de bodegaje, se resuelve como un volumen de vidrio de formas curvas, que guiñan la geometría ondular del parque. Naturalmente, su materialidad está pensada para invadir lo menos posible el paisaje natural y entregar a los usuarios una sombra sin separarles completamente del parque. Es un espacio intermedio, una mera sombrilla bajo la cual se realiza el picnic dominical, en un parque de llanos pronunciados y árboles aún jóvenes. Tanto la geometría del proyecto, como la materialidad escogida y su resolución tecnológica se han pensado en función de guiñar de igual manera a la ciudad - Sanhattan y la imagen del nuevo Chile - como a la naturaleza del parque y el cerro, la cual se respeta y sitúa como protagonista.
sistemas
Cerramiento y Energía.
El cerramiento climático consiste en una cortina que recorre perimetralmente el cuerpo central del proyecto. Esta cortina puede utilizarse tanto para cubrir el sol poniente durante la tarde, como para dotar de un gradiente de niveles de privacidad al proyecto. El proyecto tiene, a su vez, la condición de desaparecer en el paisaje o de contener situaciones domésticas y acogedoras, al cerrarse sus cortinas. Por la noche, sus cortinas iluminadas desde el interior aparecen desde la lejanía como una lámpara de papel. A su vez, el cerramiento de seguridad contempla la utilización de vidrio laminado y una cortina metálica que se desliza en la parte frontal, ocultándose como pilar una vez abierto el local.Energéticamente, el proyecto presenta soluciones pasivas y activas. Para el primer caso, el cuerpo central se despega levemente del techo, generando aperturas para ventilación del aire caliente. Para el segundo, se aprovecha el techo del edificio para la captación de energía solar y su aprovechamiento para satisfacer la demanda energética de artefactos y usuarios.













